A MI QUERIDA #MOTILLA. Noviembre 1980

Transcribimos el poema que en su día compuso Eusebio Gómez Blanco, uno de los socios fundadores de la "Peña motillana en Madrid".



Eres villa y no ciudad,
Sin embargo al contemplarte,
Dicen los que van de paso,
Que eres ciudad y muy grande.

¿Cómo si esto no es verdad, se produce este milagro?
Yo os lo voy a explicar:

El viajero que pernocta,
O simplemente se detiene para relajar su cuerpo de la tensión del camino,
ve en estas gentes sencillas, campesinos dialogantes,
la grandeza de esta Villa.

No admira sus monumentos, pero que en realidad no existen,
Pero observa en las miradas,
A un pueblo noble y gentil, atributos de la Mancha.

Que alagador resulta pera un nacido en Motilla,
Oir esas alabanzas de los hijos de tu Villa.

Para ti, buen motillano, sí hay Monumentos en tu Patria Chica,
Pero solo tu los ves con los ojos del alma,
Y en tu pecho los guardas y acaricias.

Decid. ¿no es monumentos nuestro Pozo Arriba, lugar de encuentro de tantas parejas de Motilla?
De haber podido hablar,
¡que hubiera dicho de tantas conversaciones como oyó en su vida ¡
Allí se habló de amores, penas y alegrías.
¡Cuantos secretos guardaste, querido Pozo Arriba!

Hoy ya no existes pero los que te conocimos,
Guardamos tu recuerdo como si de un ser querido se tratara;
Apagaste la sed de este buen pueblo,
Y fuiste punto de partida de matrimonios de hijos de Motilla.

Perdonad que añore aquellos tiempos de mi juventud, hoy ya perdida,
Pero cuando estoy solo,
No puedo evitar me embarque la tristeza,
Al recordar tan deliciosos días.

¿Cómo vamos a olvidar los cafés de Alvaro, Lara, Sanchez, La Sociedad y el Teatro
En tiempos de Carnaval?
Todos están engalanados, resplandecientes de luz;
Las serpentinas, confetis y su famoso “ambigú”

El martes de Carnaval,
Llamado Martes de Harina,
Atractivo de los chicos
Y carreras de las chicas para evitar harinarán sus sonrojadas mejillas, que también lo deseaban.

El Teatro con un Gil algo huraño, de portero,
Pero un gran corazón sí que tenía.
Cuando las noches de crudo invierno
Pagarte una entrada no podías
Llamabas a la puerta y al verte solo,
Enseguida al gallinero te subía,
Y otros, esperando que pasaras,
Para repetir lo mismo que tu hacías.

Los bailes de Prisco y de la Herminia,
Lugar de esparcimiento domingos y festivos
De chicos y chicas.

El de casa de Prisco, con su confitería
Para después del baile, invitar a las chicas,
Y su famoso disco de la Camisa Palma, que tanto se repetía.

El baile de la Herminia
Con su Felipe al frente,
Dispuesto a complacerte, cuando un pasodoble u otra pieza le pedías.

Los Mayos,
Cantos de primavera a las chicas de quintos y soldados
Nombrándoles los chicos que eran de su agrado.

Nuestras calles de la Virgen, Riato, de Cantarranas,
El Cósico, la Solana,
Y otras que ya hoy se me olvidan, pero que son importantes,
Evocan en mí recuerdos de mi juventud vivida.

Nuestros parajes del campo,
La Navarra, el Carrascal, Palancar, La Casería, Costanazo,
Y otros muchos,
Recorridos día a día, por nuestros hombres de campo
Para sacarle a la tierra el fruto de su trabajo.

En fin, querida Motilla, tu tienes un gran encanto,
Y unos hijos tan preclaros
Que son virtudes en ellos;
El trabajo, la nobleza, la honradez y la hidalguía.
Y con éstos atributos, serás eterna MOTILLA

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